Vamos por partes, no me malinterpretéis. Una de las conversaciones más recurrentes con mis clientes gira entorno a por qué no crecen en redes, por qué no suman seguidores, por qué no llegan dónde ellos se habían imaginado que llegarían al abrir sus perfiles. Tengo dos respuestas, y ambas son correctas, por lo tanto, les doy las dos y cargo la importancia según su perfil:
UNO: el algoritmo es un cabrón.
DOS: no te involucras nada, estas redes podrían ser tuyas o de otro.
Que el algoritmo hace lo que le da la gana es cierto, muestra a quién quiere y cuándo quiere, por lo tanto esa lucha la tenemos todos. Pero la parte que depende de uno mismo es tan importante, o más, para poder crecer.
Como profesional te voy a generar unas imágenes chulas, unos textos con buen contenido y por supuesto me voy a volcar hasta la médula para que funcione, pero si tú no te mojas, no terminará de arrancar la cosa.
El público siempre quiere carne, quiere verte, escucharte, ver tus manos trabajando, ver tus productos en movimiento, quiere que acudas a la cita con regularidad y no quiere imágenes enlatadas y cuentas en “modo Guadiana”, que lo mismo publican, que lo mismo no. Esa es la clave, y te lo podría decir con palabras rimbombantes y terminología en inglés, pero te diré que lo que quieren es ver tus vergüenzas, eso los atrae y los retiene.
¿Y por qué esta chapa hoy? Pues no sé, llevo unos días dándole vueltas a las cosas que más repercusión generan en mis redes y en las de los demás, compras diarias, productos de limpieza, una futura reina ruborizándose ante sus compañeros de clase, rutinas de comida, gente guapa, gente rica…
Gran Hermano ya no lo ve nadie, pero la vida en directo de tu vecina Puri la ve todo el barrio, y puede que parte del mundo entero desde que se abrió una cuenta en Tik Tok. Me fascinan estas cosas.
Cosas para picar
La Canción de la Semana
Esto que tengo contigo | La Bien Querida | Esto que tengo contigo
Tú eres mi nada,
cuando la gente me encuentra con la mirada perdida
y me preguntan: “Anita,¿ en qué piensas?”
y yo les digo en nada, no pienso en nada.
La Compra Innecesaria
Nunca pensé que os recomendaría semejante cosa, útil es, pero a mí me parecía completamente inútil. Siempre he tenido en mi mente que los peores bolígrafos del mundo eran los de “varios colores juntos”, pero lo que yo no había tenido en cuenta era la marca de esos bolis, marca “la cabra”, por lo menos. Hace unas semanas una amiga llevaban encima un par de bolis Bic 4 Colores, se empeñó en regalarme uno porque era rosa, ¿quién soy yo que todo lo rosa me lo asocian? (¡Culpable!).
Y desde entonces solo uso esta monada, encima es que me encanta, antes me parecía el culmen de lo antiestético, no me digáis por qué, me parecía lo más hortera del mundo, y ahora… ¡No puedo vivir sin ti! ¡No hay manera!
Si sois como yo, que necesitáis todos los colores para vuestras notas, agendas, etc., esto es una solución muy práctica y os juro que escribe igual que los Bic que van por separado, los cuales son mis bolígrafos fav de cabecera. El drama será cuando se gaste un color y tenga que renovarlo solo por eso, ea, todo no lo podía tener el dichoso boli.
El Placer Culpable
Estoy dejando de seguir cuentas de Instagram y canales de Youtube a cascoporro, ¡culpable! ¿Y por qué? Porque me estoy dando cuenta de lo mucho que me afectan según que contenidos, hasta el punto de rallarme infinito.
Y si me afectan a mí, que trabajo en estas cosas, ni quiero pensar a quienes consumen estas cosas como si fueran pipas. Debería llegar a los colegios una asignatura en la que enseñen a utilizar redes sociales e internet con responsabilidad, pero ¡Ya!
Me genera tal gustazo hacer unfollow (inserte cara de gusto aquí), de primeras me costaba, pero llevo una semana limpiando cosas y me pesa todo menos, os lo juro.
La Foto que no subiré a redes
Pocas cosas me hacen tan feliz como terminar el batch cooking semanal y ver así la nevera, y sí, esto también es un poco de TOC. Y os juro que no la he colocado para la foto, Marido puede dar fe, soy igual de neurótica los 7 días de la semana.