Cuenta atrás activada.
Tras la semana que lleváis de fiestas patronales, playas, piscinas y actividades estivales varias, es el momento de que empecéis con los lloros y lamentos del final del verano. La verdad, no me dais pena ninguna, todo llega.
No me mal interpretéis, que a mí me gusta la gente feliz, la gente disfrutona a tope, de esa que puede pasar 4 horas seguidas sin mirar el móvil porque se lo está pasando tan bien que hasta se ha olvidado de su vida paralela en redes, esa es mi gente. Por eso en verano os veo a todos más guapos, por la felicidad no impostada de la que disfrutáis, pero todo tiene su final.
Ante mi odio absoluto al verano yo estoy relamiéndome de veros hacer maletas y hablar de la rutina como si fuera una tortura china, hijos míos, aclararos, que luego bien que alabáis las pequeñas cosas del día a día el resto del año.
Pero por más que me lo queráis vender, el verano es para los niños y los ricos, fin. De ahí no me bajo.
Yo estoy deseando que me vuelva el riego normal al cerebro, porque entre el calor y estar todo el día a oscuras para evitar que la casa sea un horno, no sé ni en qué día vivo. Me cuesta todo un mundo, de hecho, podéis ver que ni he sido capaz de escribir en todos estos meses, no tengo inspiración, ni ganas, ni na’ de na’.
He empezado cientos de cartas patatiles pero mi humor estaba entre cero y menos cien, y claro, para contaros miserias y dramas ya está el telediario, yo prefiero hablaros de cosas más alegres. Hoy ya he decidido romper mi silencio y pasarme por aquí, aunque solo sea para dar una muestra de vida.
¿Y cómo me va la vida? Pues como a mí me gusta, tranquila.
¿No os pasa que siempre que os cruzáis con alguien que no veis hace tiempo le hacéis la pregunta de “qué tal cómo vais?” Y todo el mundo te dice: “Pues bien, como siempre, tranquilos”, pero en el fondo sabéis que por la cabeza se le han pasado tres o cuatro dramas de los que te podía hacer el guion de una telenovela. Pues esa no soy yo, yo te respondo de corazón que estoy tranquila porque es como me gusta estar.
No me gusta el verano, ni complicarme la vida. Lo que no aporta se aparta y a seguir.